sábado, 27 de julio de 2013

A 11 años de la ordenacion sacerdotal ... (la pucha que pasa el tiempo)


Hoy , 27 de julio, hace 11 años que junto a Ariel fuimos ordenados sacerdotes. Tuvimos el regalo de recibir esa responsabilidad en nuestro suelo natal junto a nuestra familia, amigos y gente que nos vio nacer y crecer.  En el mismo lugar físico donde nuestros padres se casaron , nosotros fuimos bautizados, lugar donde vivenciamos buena parte de nuestra vida de fe.

Subo la imagen escaneada del diario local (parece mentira pero no había aún portales digitales en el pueblo), se nos ve más jóvenes y flaquitos. Recuerdo que había gente de muchas comunidades que se unieron a la compartida: Rio Colorado, Corrientes, Mburucuyá (Corrientes) , Arrecifes , Puán, Olavarría, Coronel Suarez , San Pedro, Venado Tuerto, Rauch, Buenos Aires, Puerto Madryn, Luis Beltrán, Lamarque, Viedma, Daireaux , Bahía Blanca , Villalonga , Stroedder, Necochea , Mar del Plata … y por ahí queda alguien en el tintero. Una inolvidable y contenedora presencia de los hermanos laicos, seminaristas y sacerdotes de la F.A.M.

Recuerdo que el Fundador de la F.A.M. , el P. Efraín Sueldo Luque , en esos días estaba frágil de salud y si bien no pudo estar físicamente en Pigue se comunicó por teléfono y ofrecía la cruz de la distancia como forma de oración por Ariel , por mí (que nos ordenábamos ese día) y por Alfredo y Guillermo (compañeros de estudios y de vida) que se ordenarían días después.

El seno o matriz espiritual en el que nos fuimos haciendo y forjando es la Fundación Apostólica Mariana, regalo hermoso de Dios. Hoy por hoy (en mi caso) es esta desafiante Patagonia, tierra de misión. Junto a las comunidades , hermanos laicos , sacerdotes y obispo.

Recomparto una oración que me regaló el P.O. Esteban en recuerdo de lo celebrado hace 11 años atrás:

“Que sean luz que ilumine la oscura niebla del fango,
que sean sal que preserven la corrupción del pecado,
que sean…hombres de Dios que saben hacer milagros,
y que al pasar por las calles dejen perfumes de santos,
que sean vivas imágenes de Cristo, Verbo encarnado,
Sabiduría del Padre en un esquema profano
y omnipotencia de Dios en un poquito de barro”

Cardenal Pironio
 
Y comparto una oración de Mons. Angelleli que me regaló mi abuela Guillermina para la ordenacion sacerdotal , a medida que fue pasando el tiempo , me fuí aquerenciando mas con el sentido de las palabras que contenía:
 
Oración de mi Sacerdocio

Siento que mi tierra, dolorida y
esperanzada, reza y canta
con su historia, vida y mensaje...
Peregrina conmigo, en mi carne y
en mi sangre,
me parece escucharla con su chaya.

En esta Roma pecadora y fiel,
un día floreció en mí una Unción...
"Sacerdote para siempre"
me dijiste entonces, Señor.

Veinticinco años vividos por esos caminos
de Dios,
con mañanas de Pascua y tardes de dolor,
con fidelidades de hijo y debilidades
de pecador,
con las manos metidas en la tierra
del hombre...
de este pueblo tuyo que me entregaste,
Señor.

Mi vida fue como el arroyo...
anunciar el aleluya a los pobres
y pulirse en el interior;
canto rodado con el pueblo
y silencios de "encuentros"...
contigo... solo... Señor.

Mi vida fue como el sauzal...
pegadita junto al Río
para dar sombra nomás.

Mi vida fue como el camino...
pegadita al arenal
para que la transite la gente
pensando: "Hay que seguir
andando nomás".

Mi vida fue como el cardón...
sacudida por los vientos
y agarrada a Tí, Señor;
vigía en noches de estrellas
para susurrarle a cada hombre:
"Cuando la vida se esconde entre espinas,
siempre florece una flor".

Mi vida canta hoy dichosa a Ti, Señor...
Es misterio que se hizo camino
ya andado un buen trecho, Señor...

Mesa que acoge y celebra
los racimos ya maduros
que tu Sangre fecundó.

Todo esto soy yo, Señor...
un poco de tierra y un Tabor,
veinticinco años de carne ungida
con un Cayado, un pueblo y una Misión.

Hoy la tumba de Pedro es la Mesa
de esta Eucaristía, Señor...
en mis manos renace, como entonces,
la Nueva Carne del Amor.

Pablo, tu Vicario, me sale al encuentro
como un hermano mayor...
Me dice al oído: "Hermano,
confirmo tu Fe y tu Misión,
recibe el ósculo de la paz
y lleva a tu pueblo mi bendición".

Y... mientras se encienden las estrellas...
allá, lejos, sigue floreciendo el amor.
Por este Sacerdocio tuyo,
que es mio y de tu pueblo,
muchas gracias, Señor.

Es hora que me despida
de esta Roma que me ungió,
con un Credo agradecido
a la Iglesia que me engendró
y con la esperanza de María,
¡hasta La Rioja, Señor!

La Patria está gestando un hijo
con sangre y con dolor...
Lloran los atardeceres
esperando que el hijo nazca
sin odios y con amor.

Mi tierra está preñada de vida
en esta noche de dolor,
esperando que despunte el alba
con un hombre nuevo, Señor.

Enrique Angelelli

Bendiciones y mutuas oraciones !!!

 

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