sábado, 20 de diciembre de 2014

Jesús también nace en la Cárcel


 
Ayer a la tardecita compartimos la misa de Nochebuena en el Servicio Penitenciario local. Luego cenamos juntos unas pizzas y se proyectó una película sobre Francisco de Asís.

Como bien suele decir el P.O. Hesayne , Dios se mete en nuestra historia con la intención de redimir a todos los hombres y a todo el hombre. No hace acepción de personas y su presencia no se contenta con redimir una parte de la persona sino a la persona en su integridad.

Juan Pablo, hijo de José y Paola, nos ayudó a descubrir a Jesús bebé … y a descubrir en el recién nacido la maravilla del ser humano y al mismo tiempo la fragilidad humana. Juan Pablo pasó por los brazos de todos los presentes para sostenerlo un ratito y a través de ese bello signo sentir que Dios renueva su confianza en la capacidad constructiva y contenedora de nuestras manos.

Fue un sentido momento de oración, reflexión, predisposición a la conversión y al crecimiento, de intercambio de experiencias, de valoración de opciones constructivas, de mesa compartida, de celebración sencilla y fraterna.

Después de compartir espontáneamente entre los presentes a partir de la pregunta “¿Qué es la Navidad para cada uno?”, leímos un extracto del mensaje de los obispos para la Navidad que llega y toca las fibras del corazón. Lo recomparto:

“No nos equivocamos si decimos que en la noche de Navidad había más oscuridad que cualquier noche. En esa noche María y José vivieron la experiencia dolorosa de no existir para nadie, “no había lugar para ellos” dice el evangelista. No eran tenidos en cuenta ni por las autoridades del Imperio Romano que los había convocado a Belén para un censo, ni por las organizaciones civiles y religiosas de la ciudad santa, ni por los vecinos,…. En ese desamparo total, enfrentaron lo que no podía esperar a “mañana”: el nacimiento de su hijo. Tuvieron que resolver con sus recursos lo urgente de ese momento, y resolverlo en la pobreza, lejos de tener lo imprescindible, llenos de inseguridades. Podríamos decir entonces que esa noche de Belén concentra plenamente las carencias y angustias de la humanidad y que son las de muchos de nosotros.

En esa oscuridad, el Evangelio trae una noticia sorprendente: “les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo” (Lc.2,10). ¿Y cuál es esa Buena Noticia llena de esperanza y alegría? Un Salvador nos ha sido nacido, y Dios está con nosotros, ¡nunca más solos!.

En esta Navidad 2014 queremos reconocer con ustedes esta buena noticia: Dios se metió en nuestra historia, se hizo compañero de camino, sostén y fuerza, ‘descarguen, entonces, en Él todas sus preocupaciones porque Él se interesa por ustedes’ (1Pe 5,7)”

Un árbol navideño hecho en Jarilla fue recogiendo expresiones que fueron surgiendo y se fueron colgando en el mismo

 

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